Castillo de Aledo. Torre del Homenaje (Murcia)

 Sánchez Pravía ya escribió que Aledo es citado en las fuentes islámicas como hisn durante las crónicas que relatan la expedición que el emir Abd Allah efectuó en el año 896 contra los rebeldes sublevados en la cora de Tudmid dirigidos por el muladí Daysam b. Ishaq. Se deduce, por tanto, que en aquellos momentos la actual villa se encontraba ya fortificada y era un referente estratégico para el control del territorio.


No obstante, el castillo de Aledo es más conocido por la conquista efectuada por las tropas castellanas al mando del noble García Jiménez en 1086, quien consiguió arrebatarles tan preciado castillo a los musulmanes. Dos años después el castillo fué sometido al asedio por parte de las tropas islámicas que no consiguió expulsar a los castellanos hasta 1092, y gracias al empuje de las tropas almorávides.

Con el Pacto de Alcaráz, entre Castilla y el rey islámico de Murcia --firmado en 1243--, el castillo de Aledo fue de nuevo ocupado por tropas cristianas como parte del acuerdo. En 1257, Alfonso X el Sabio entregaba la villa a la Orden de Santiago, convirtiéndose en la cabeza de la encomienda que los caballeros de Uclés fundaron sobre el territorio. La consolidación del reino de Murcia como un espacio fronterizo, con campos despoblados y poblaciones concentradas en ciertos puntos, dieron a Aledo un importante papel como enclave defensivo sobre la gran banda territorial que separaba Castilla con el emirato de Granada. Fue entonces, entre los siglos XIII y XIV, cuando se construyó la impresionante torre del homenaje, que, además de ser un elemento defensivo de primer orden, transmite esa idea de poder sobre la villa y campos circundantes, tan específico de este tipo de torreones, enclavados donde el enemigo lo observa frecuentemente.

En los umbrales del XVI la Torre constituye un último reducto defensivo. Hasta el siglo XVIII cada piso mantiene la misma función (planta baja, almacén de agua; primer piso, armería y segundo piso, granero). Cumple con los requisitos exigidos en los tratados de arquitectura militar del siglo XV: ser la más elevada y robusta, para desde ella controlar toda la fortaleza; contar con accesos fácilmente eliminables desde el interior; poseer un aljibe interno; disponer de un lugar donde concentrar armamento; un horno; un molino de grano y almacén para el mismo.

La picota de Aledo fue construida a finales del siglo XVI. En sus orígenes la picota aledana, era un simple tronco de madera clavado con fuerza al suelo, después pasó a ser cubierta de ladrillos vistos para conseguir más firmeza, y así es como se mantiene hasta nuestros días. Aún se conservan grilletes y se puede ver en el propio monumento los picos que sobresalen en donde se ataba a los reos o se clavaban sus miembros..

Fotos: Aurora H.





























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